10 diciembre, 2008

Amor...

Preguntaba una pareja de recién casados:
"¿Qué debemos hacer para que perdure nuestro amor?"
Y ésta fue la respuesta del Maestro:
"Amad los dos juntos otras cosas".


·Anthony de Melo·

13 septiembre, 2008

Sones


siento ya el canto de sirenas arribando a mi costa, encendidas por faros escondidos entre muros rotos.

mientras,
el eco de tus latidos ensordece mi espera.


©2008 FABIANA FV

FOTO-ARTE: Fabiana FV

11 agosto, 2008

Reflejos

Hoy te miro sin
verte

soñando con el mañana
y con el
verte,

sin
mirarte

©2008 FABIANA FV

04 agosto, 2008

Bosques

Un caballo alado atravesando mi alma...
Duendes nocturnos poblando este bosque de
arrayanes dorados esculpidos por el hielo de tu recuerdo, reflejos de un amor
ora quebrado por el soplo
de un Eros furioso y hambriendo de venganza.
Senderos ocultos sin fin y un hada de corazón de marfil
deambulando solitaria en una búsqueda incierta de lo finito e imperdurable.
Una cascada de cristales púrpura penetrando mis venas en un
viaje por mi inmensidad toda, desangrando mi inconsciencia,
desgarrando mi deseo.

Un caballo alado. Más allá, el
infinito.

©2008 FABIANA FV

21 junio, 2008

Hoy y mañana

hoy te doy...

L u z
A m p a r o
I
m p u l s o
L i b e r t a d
A m o r
. . .

mañana te daré
luz
amparo
impulso
libertad
amor
· A MI HIJA, MI LUNITA CARMESÍ ·
Fabiana FV

20 junio, 2008

Bandera de libertad

La vida es nada
si la libertad se pierde


Manuel Belgrano
(creador de la bandera argentina)

20 DE JUNIO, DÍA DE LA BANDERA

FOTO: SERGIO MARTINO

13 junio, 2008

Jungla


Esa noche sólo quería cerrar los ojos y despertar en un sueño profundo, navegar a la deriva por las aguas turbulentas de mi deseo, amarrar mis cabos en el puerto de tu vientre, zambullirme en las arenas blancas de tu isla y transitar lentamente por tus orillas, muy lentamente. Quería adentrarme en tu selva poco a poco, percibir la brisa de tu respiración rozando mis sentidos, olfatear tu rastro y seguirlo, sin detenerme, poco a poco. Quería entonces arañar tu hierba fresca, exprimirla y embriagarme con su elixir hasta perder mi insano juicio, dejarme llevar únicamente por mis instintos más básicos, sin detenerme; desafiando a tu maleza impenetrable, como una bestia salvaje en la carrera hacia su presa, sin detenerme; rasgándome con las agujas filosas de tus cactus y enredándome entre las lianas de mi pasión carnívora. Eso quería.

Esa noche cerré los ojos. Y desperté en tu trampa.


©2008 FABIANA FV

09 junio, 2008

Oh, el amor

–Oh, el amor, ¿sabes...? El cuerpo, el amor, la muerte, esas tres cosas no hacen más que una. Pues el cuerpo es la enfermedad y la voluptuosidad, y es el que hace la muerte; sí, son carnales ambos, el amor y la muerte, ¡y ese es su terror y su enorme sortilegio! Pero la muerte, ¿comprendes?, es, por una parte, una cosa de mala fama, impúdica, que hace enrojecer de vergüenza; y por otra parte es una potencia muy solemne y muy majestuosa (mucho más alta que la vida riente que gana dinero y se llena la panza; mucho más venerable que el progreso que fanfarronea por los tiempos) porque es la historia, y la nobleza, y la piedad, y lo eterno, y lo sagrado, que hace que nos quitemos el sombrero y marchemos sobre la punta de los pies... De la misma manera, el cuerpo, también, y el amor del cuerpo, son un asunto indecente y desagradable, y el cuerpo enrojece y palidece en la superficie por espasmo y vergüenza de sí mismo. ¡Pero también es una gran gloria adorable, imagen milagrosa de la vida orgánica, santa maravilla de la forma y de la belleza, y el amor por él, por el cuerpo humano, es también un interés extremadamente humanitario y una potencia más educadora que toda la pedagogía del mundo...! ¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone de pintura al óleo ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos, cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y como la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas. ¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas, bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano! ¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la “Arteria femoralis” que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!


Thomas Mann,La montaña mágica
(fragmento)

29 mayo, 2008

Mystery

Oh drink me up
That I may be
Within your cup
Like a mystery,
Like wine that is still
In ecstasy.

Glimmering still
In ecstasy,
Commingled wines
Of you and me
In one fulfil
The mystery.
*****
Oh bébemePara que pueda estarDentro tu copaComo un misterio,Como el vino que aún estáEn éxtasis.

Resplandeciente aún

En éxtasis,
Una mezcla de vinosDe tú y yoEn uno realizaEl misterio.

D. H. Lawrence, “Mystery” (fragmento)


Dedicado a quienes me regalan cada día el placer de dejarme nadar en sus copas.
Gracias.

Traducción: Fabiana FV (I'm sorry, Sir Lawrence!!) | Arte: Fabiana FV

26 mayo, 2008

Cositas de la vida

(FINAL CON MORALEJA... RELAJATE, QUE ESTA LECTURA ES TAN RAPIDA COMO UN RAYO.)

Por fin había llegado ese día tan esperado. Qué bueno poder subirse al auto casi sólo con lo puesto y disparar a la aventura.

—¿Adónde vamos?
¡Qué importa, vámonos ya! Realmente daba igual el lugar, no importaban ni el espacio ni el tiempo, la cosa era ir, largarse. Iniciar el camino y que el mismo te llevara, así, a la deriva. Al fin sin planes previos, uf… qué bajón los planes. Toda la vida planificando: que el cole, que la carrera, que el trabajo, que la familia… ¡Ya basta, liberate! Tenés al hombre de tu vida, a ese que muere por vos y que te tiene loquita por sus huesos, ¡disfrutalo!. Pero disfrutalo en libertad, linda. Al menos la libertad de no planificar por una vez en tu vida ni siquiera tu fin de semana con el hombre de tu vida. Así que bañate en esencia de patchouli, prepará los bocaditos de jengibre, subite al auto y después, ya puede arder Troya.

—Poné música, dale.
Epa, la música. Me olvidé los CDs… Bueno no jodas, vos tampoco te acordaste ¿o sí?. La radio va a estar bárbaro, relajate. ¡Escuchá que buen tema! Bajá un poco la ventanilla. Uh, qué placer sentir el viento rompiéndote en la cara. Y esa canción… Sonaba increíble: Era “la” canción. Dejame que te saque una foto manejando, te ves divino. Nunca te vi tan así como… no sé… bueno, sí… siempre te veo así pero… Hoy es distinto… te ves así, como… Sí, como tan feliz. Sólo veíamos ruta. Y pampa, tan inmensa. Y cielo. Qué inmenso cielo. ¿Adónde íbamos? Qué importaba, si todo era inmenso. Oscurecía y sólo veíamos ruta. Por fin, la noche. Cuánta felicidad, qué inmensa. Somos felices.

—Quiero hacerte el amor…
—Cuando encontremos donde parar.
—No, aquí, aquí mismo… mmm…
—Esperá… qué hacés… pará… pará… Te dije que ahora no… pará… ¡Pará te dije! Nos estamos quedando sin nafta, no hay ni un maldito parador a la vista y encima... ¿viste allá? ¿Viste o no?

Sí, lo había visto, tremendo rayo ¿Y? El fuego de aquel rayo no podía ser tan inmenso como el mío. Porque todo era inmenso. Mi calor era inmenso. Por primera vez en mi vida quería que me faltaran el respeto, que me arrancaran de golpe del auto arrastrándome de los pelos; sí, entre los pastos filosos, que me embarraran en sudor y que me ensuciaran con vicio, con mucho, mucho vicio, eso quería. ¿Y qué importaba un tonto rayo, si yo me estaba quemando viva? Quería acción, yo nada más quería acción. Y disfrutar.

Se había desatado una tormenta inesperada. El viento comenzó a soplar quien sabe desde donde y porqué, pero estaba endemoniado. La lluvia se había largado con ganas, prácticamente no se veía el camino. Ni un parador. Ni una señal. Ni siquiera el inmenso cielo. La única inmensidad apreciable ahora era la de los rayos explosivos. ¡Rayos y centellas!, aquéllo sí que era furia. Ya no veíamos ruta. ¿Adónde íbamos? La radio había perdido la frecuencia. Los celulares habían perdido su cobertura. Nosotros estábamos perdidos. Totalmente incomunicados. Y el temporal era cada vez más fuerte. ¿Adónde vamos? El aullido del viento atravesaba los cristales, te ensordecía. Ramas que golpeaban en el parabrisas, ¿de dónde vendrían si ni habíamos visto árboles? Y el auto que no se detenía porque él estaba empecinado en continuar la marcha. El viento y las ramas, un horror. Ibamos a salir volando. ¿Si se aproximaba un huracán? Y él empecinado. Un espantoso pánico comenzó a apoderarse de mí y de repente sentí que estaba dejando de sentirme libre, me estaba convirtiendo en su esclava, justo ahora que había decidido liberarme, qué mal...

—Deberíamos detenernos, no se ve nada. ¿Me oíste? Pará, por favor, no se ve ni a un centímetro. Me estoy mareando, creo que voy a vomitar. Esto es tremedo, ¡se viene el mundo abajo! ¡Tengo miedo, por favor!

¡Miedosa!, siempre la misma. ¿Y vos? Siempre el mismo necio y omnipotente, ¿quién te creés, Dios?, ¿te das cuenta que nos vamos a matar? Miedosa cobarde, nunca arriesgaste nada, cagona, qué querés si tuviste todo servidito en bandeja, ¡pendeja caprichosa!, así es fácil querer parar a hacer el amor en medio de la ruta, si igual… que te voy a explicar si no entendés nada, nunca entendiste nada. ¿Y vos, qué?, ¿entendés todo acaso?, al final es lo que siempre pensé, sos un resentido de mierda que no aceptás que me haya ido bien en la vida, porque ese fue siempre tu punto de vista, ¿no?, que se me hayan dado las cosas más o menos ordenadas en la vida significa que yo no hice mérito alguno para merecerlo, ¿no?. ¿Qué estás diciendo, para qué estás conmigo si siempre pensaste que era un fracasado? ¡Dije resentido, no fracasado! ¡Es igual! ¡No es igual y vos me dijiste cobarde cuando el cobarde sos vos que no admitís tus propios miedos, sos tan miedoso como yo, tu miedo te impide parar la marcha porque a Dios no lo detiene nadie, no? ¿Qué decís, te volviste loca? ¡Vos estás loco!!
..............................

Todavía no sé bien como fue: Si frenó él, si fui yo... La ceguera de ambos le ganó a la provocada por la catarata de lluvia. Todavía no sé si fue el auto que dio trompos por la frenada, si nos chupó un tornado o si nos revolcó nuestro caos interior, el puto caos interior. La cosa es que ahí estábamos, la miedosa cobarde y el omnipotente resentido, solos, hundidos en nuestras miserias. Solos y a solas en la tormenta. A solas con el caos interior. Puto caos interior.

Amanecí sin entender demasiado. No había mucho que entender. O nunca había entendido demasiado. Sin rayos, sin centellas, sin viento, sin lluvia; sólo caos y desolación. Y un silencio ensordecedor. A través del parabrisas y de los vestigios del temporal pude divisar una gasolinera, haberlo sabido… ¿Habremos frenado en el momento equivocado? Yo sólo quería un poco de acción. Y disfrutar. Sin planes. Y que todo fuera inmenso. Que todo siguiera siendo inmenso. Pero había que frenar para poder continuar avanzando. ¿Adónde íbamos? Siento frío. Y todo es tan chiquito. ¿Adónde vamos?

Sólo veía ruta. Y su silueta diminuta, dibujada a lo lejos.

..............................

Moraleja: En la vida, siempre es bueno frenar a tiempo.

A vos... ¿Se te ocurre alguna otra moraleja?

©2008 FABIANA FV

25 mayo, 2008

Alta en el cielo

(25 DE MAYO 1810-2008)este cielo veo cada mañana cuando me levanto
aunque esté nublado yo lo veo así, celeste y blanco
es el cielo de mi patria a la que hoy saludo:
¡alta en el cielo, un águila guerrera!
muy feliz día,
patria querida


21 mayo, 2008

Caligrafía (juego)

Me pregunto yo donde habrá quedado mi querida Parker... ¿Y mi caligrafía, se habrá perdido en lontanansia? ¿O en el teclado de mi compu, tal vez?

A Leo probablemente le resultó sugerente la idea de revivir por un momento esa sensación del dejar fluír la tinta sobre el papel y que las letras, más que las palabras, hablen por sí mismas. Probablemente también por eso, propuso unirse a este juego. A seguir las instrucciones, entonces:


1. Tomar una nota escrita de tu puño y letra y hacer una fotografía o escanearla.
2. Hacer un post con ella titulado Caligrafía (juego).

3. Indicar las bases del juego para que puedan participar más blogueros. Y enlazar al post original:
La calavera bajo la piel.


13 mayo, 2008

Puzzle

infancia
.........alegría
descubrimiento........
......juego
ternura.........
amor
.........belleza
lágrimas......
.........recuerdos
felicidad.....
.....caricias
miedos...
......sueños
egoísmo...........
......obsesión
poder....
........abatimiento
melancolía............
.....necesidad
placer
.......celos
deseo
estupidez.........
.....desamparo
soledad...........
.....reencuentro
.......madurez
destino
.

12 mayo, 2008

Renacer

(EXTRACTO DE UN DIARIO DE VIAJE)

Un fructífero riachuelo, alimentado por un manantial límpido,
Envuelve, a su alrededor, ese espacio fértil.
La tierra de Venus, la verdad sea dicha
Lugar efímero de alegría y de encanto:
Para cada doncella y esposa, que allí se engendra,
Es a lo largo y ancho del mundo, inigualada en gracia:
Y Venus desea, que hasta que tañan sus últimas horas,
El Amor caldee sus pechos, jóvenes y viejos.

Ludovico Ariosto, fragmento de “Orlando Furioso”

Imagen: EL NACIMIENTO DE VENUS (1485) Sandro Botticelli- Galería Uffizi Florencia, Italia



* * * * *Renacer en Firenze, ciudad inmaculada. Empapada de arte, de poesía... Imponente. ¡Albergue eterno de tantas musas! Hadas de la belleza, del amor, de la felicidad y también del dolor, el desamor y el desamparo. Hadas al fin. Las mismas que impregnaron de magia y espiritualidad a las principales construcciones de su Casco Antiguo, revistiéndolas con exquisito mármol toscano en un juego perfecto de blancos, verdes y rosados, para simbolizar, a través de estos mismos, a la Fe, la Esperanza y la Caridad, las tres virtudes trascendentales. Las nuestras, las de los hombres, de los seres terrenales. Seres humanos, al fin.

Firenze. Ciudad inmaculada que, por un instante, lograste acelerar el ritmo de mis latidos haciéndome sentir el soplo de los dioses en el cuadro de mi propio renacimiento
.* * * * *



LUDOVICO ARIOSTO (1474-1533) Poeta italiano. Con su figura, el Renacimiento italiano llega a su cenit. Miembro de una familia aristocrática, ya desde joven recibe el apoyo de la casa de Este, una familia de mecenas renacentista en cuya corte permanece de 1503 a 1517. Hombre de mundo y artista refinado, su gran poema es el Orlando furioso, que comienza en 1506 y publica en 1516, aunque la corrección definitiva no la concluye hasta 1532.

Obra maestra del Renacimiento, Orlando furioso se estructura en 46 cantos compuestos en ágiles octavas, y en él Ariosto hace gala de profundo lirismo, de extraordinaria imaginación y habilidad narrativas y de un finísimo sentido del humor. Considerado por muchos críticos como uno de los mejores poemas épicos de todos los tiempos por su vigor y dominio técnico del estilo, el poema influye decisivamente entre los poetas renacentistas.

SANDRO BOTTICELLI
(1445-1510)
Pintor florentino. Su obra se inscribe dentro de la de un grupo de pintores que rehuye el realismo a ultranza y se inclina por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y un cierto sentimentalismo.
Discípulo de Filippo Lippi, en 1470 Botticelli cuenta ya con un taller propio y se introduce en el círculo de los Medici, para los que realiza sus obras más famosas, como La primavera y Palas y el centauro. Representa toda una novedad para la época realizar obras de gran formato que no contengan una temática religiosa. El nacimiento de Venus, ejecutada al temple sobre lienzo, mide 172,5 por 278,5 centímetros y representa una de las obras cumbres del artista. El cuadro muestra la llegada de Venus sobre una concha marina a la playa de una isla, empujada por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores.
Si bien su vida transcurre en Florencia, entre 1481 y 1482 Botticelli viaja a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina en el Vaticano junto a Perugino, Rosselli y Ghirlandaio. En sus obras, desarrolla una representación idealizada del mundo mitológico, expresiva, arcaizante y llena de imaginación, ligada a la filosofía neoplatónica, que le lleva a representar a las divinidades clásicas como la imagen simbólica de alguna profunda verdad moral o metafísica.

07 mayo, 2008

Veme aquí

–—–—
Veme aquí
Sumergida en este océano oscuro
Encadenada a tu sombra
Reflejada en tu recuerdo
Perpetuada en tu carne
Poseída por tu ausencia
Perdida en mi languidez

Ay, alma mía, ¿dónde estás?
Veme aquí. Desintegrada

–—–—

Fabiana FV

Fotografía de la serie "Desintegrando el alma", por EMMA VERA (alias ÁNIMA, un ser esencialmente sensible)

30 abril, 2008

Cuento para antes de dormir


Hace ya un tiempo (puede ser un año, pueden ser diez), apareció en un rincón de la ciudad como brota un cardo en medio del campo, así, de repente. Nada se sabía entonces de su vida. Poco se sabe ahora. Simplemente, un extraño.


Tampoco se conocía su nombre. "El hombrecito", lo llamaban. Alto y delgado (largo, muy largo). El cabello rubio y rizado (rubio, muy rubio). Ojos claros e intrigantes, muy intrigantes. ¿De dónde vendría? ¿Qué querría? Se lo solía ver recorrer las calles siempre maleta en mano, como si en ella portara sus secretos; siempre con él, para no perderlos. En uno de esos días (de sol, o de lluvia, quizás) se lo vio acompañado de un pequeño gatito. A partir de entonces, los paseos fueron más frecuentes cada vez. Hombre y gato se hicieron inseparables. “El hombrecito del gato”, lo llamaban. Aunque resultó ser gata… Sutil confusión.

Ha pasado el tiempo, un año o diez, y aún se lo puede uno cruzar por ahí. Maleta a cuestas y el gato al hombro. Paso tranquilo y despreocupado. Mirada firme, a veces divagante; eso sí, siempre intrigante, muy intrigante. Misterioso este hombrecito. ¿Qué llevará en la maleta?

Hoy lo he cruzado por las Ramblas (¿o por la Diagonal?), gato a cuestas —perdón, gata—. ¿Serán sus sueños los que duermen en la maleta? No me animé a preguntárselo. Tal vez no me hubiese respondido. O, quien sabe, me habría dicho: “Un deseo. Sólo un deseo”.
Para Marc, Barcelona, 1992- ©FABIANA FV

25 abril, 2008

La decisión

(O CRÓNICAS DE UNA TARDE DE MAYO)

Sí, era una decisión tomada. La pobre tía se había muerto, sola y hundida en su propia fortuna; pobrecita ella, qué triste, rica y sola en el mundo. Y yo que ni recordaba su nombre. Qué soledad. ¿Soledad? Ah, creo que ese era su nombre.

Me senté una vez más frente a mi fiel Olivetti y miré a mi alrededor: ¿Para qué querría yo más que esa cama deslucida, esa taza de café frío y ese atado de cigarros casi vacío? No precisaba nada más. ¿Qué habría hecho yo con una fortuna en mis manos si apenas había sabido qué hacer con mi vida?

Mi vida. Ay, mi vida. Había sido una maratón de fracasos. Mi alma de escritor nato se había sentido ultrajada por las garras de la sociedad, esa cruel sociedad que me obligaba a venderla al diablo. Años sentado ante esa máquina de escribir que alguna vez supe heredar de mi abuelo, un abuelo al que ni siquiera conocí; mi única herencia, mi amada y amante, mi fiel Olivetti. Años volcando mis sentimientos más profundos en blancas hojas de papel, amarillentas ya. ¿Para qué? Para terminar siendo el columnista estrella de la editorial porno más de cuarta que jamás haya existido. Sin un cobre para poder disfrutar de las gratitudes, qué digo gratitudes, ¡siquiera de los vicios de la vida! Sin un hombro en quien apoyarme en busca de consuelo. Enamorándome constantemente de la mujer equivocada. ¡Ay, esas conejitas express que me partían la cabeza, activaban mis feromonas y destrozaban mi frágil corazón! ¡Cuánta desdicha! Y ahora, heredero. Sí. Evidentemente, era una decisión tomada.

Soledad, creo que era ese su nombre. No tenía a nadie, sólo quedaba yo, su fortuna sería mía, por ley. Vaya ley. Maldita ley. ¿Qué haría yo con una fortuna? No sabría que hacer con ella. Nunca había tenido nada, no sabría como manejarlo. Continuaría siendo un eterno enamorado y me seguirían rompiendo el corazón. Sufrir, pero siendo rico. Hasta que llegase una que me quitaría hasta los calzones y ¡zas!, vuelta a la pobreza. Y a escribir para revistas de última categoría. A mis raíces, por así decirlo. Sí, definitivamente, era una decisión tomada. Extraje de un tirón la hoja de la Olivetti, la metí en un sobre y al fin salí por la puerta. Era el comienzo de mi nueva vida.

Llegué al fin hasta la oficina de los clasificados con mi sobre cerrado, se lo entregué en mano a la hermosa señorita que me había recibido detrás del escritorio con un profundo escote decorado por una llamativa cruz que colgaba de una cadena de su cuello y le dije, muy convencido de lo que estaba haciendo:

–Por favor, publique ésto.

“Afortunado heredero cede riquezas a quien sepa conquistarlo con sus cualidades innatas.”

–¿Qué es, un casting? Porque así como me ve, yo soy actriz, ésto es sólo un trabajo extra–. La hermosa señorita me regaló entonces su mejor sonrisa, qué sonrisa. Y qué escote.

–No, no. O sí… Bueno, algo así. Digamos que es como un casting para buscar un heredero. Publíquelo como destacado por favor, es bastante urgente.

–Pero ¿qué? ¿Se va a morir?

–No no. O sí… La verdad que no lo había pensado. A ver, morir… morirme. ¡Claro, cómo no se me había ocurrido! Si igual, no tengo futuro.

–¡Pero es rico! ¿Es lo que dice aquí o leí mal? No lo entiendo. Si es dueño de riquezas, es obvio que es dueño de un buen futuro…

La hermosa señorita estaba sorprendida y decepcionada a la vez. No entendía nada. Es que no podría ella comprender jamás lo que me estaba sucediendo, me invadía un escalofrío interno espantoso. De repente hacerme millonario de un día para el otro sin haberlo esperado y mucho menos buscado. Sin expectativas. Sin un plan. ¿Eso significaba tener futuro para esta señorita y para el mundo? ¿Y la tía Soledad qué? ¡Mírenla ahí a la pobrecita ya convertida en alimento para los gusanos, sola y con un único heredero quien ni recordaba su nombre!

¡Un momento! Si estaba pensando en morirme, ¡epa! ¡Ahora sí tenía un plan! Ey, no estaba nada mal, ya las cosas cobraban otro sentido. Solamente debía planificar mi muerte ¿Sería capaz de resolverlo solo? Tal vez debería pedir ayuda, a la hermosa señorita de la cruz en el pecho, por ejemplo; ella era actriz, seguramente tendría ideas, habría leído muchos guiones. O no. Tal vez podría escribir un guión para mí, o lo escribiría yo mismo, en mi Olivetti… Bueno, daba igual. Lo que importaba era rescatar que no todo es negro en la vida. Analizando el caso: ¿quería seguir sufriendo o qué? ¿Sería víctima? ¿Sería mártir? Podríamos hacer que fuese una muerte dolorosa, como para aportarle dramatismo. Un poco de sufrimiento no estaba mal, la sociedad solía conmoverse con esas cosas. Luego dejaría una carta buscando un culpable. Podría ser la editorial: abusaron de mi talento y me explotaron. Después de muerto, la hermosa señorita seguiría con el juicio, lo ganaría y ese dinero lo donaría a la iglesia (después de todo el cura sabría mejor que yo qué hacer con esa fortuna), junto con otra carta mía escrita en mi Olivetti y firmada de puño y letra para que fuera más emotivo, ¿se entiende? Mi nombre quedaría para la historia. La hermosa señorita de la cruz en el pecho se llevaría su parte, por supuesto, con eso podría pagarse sus estudios de actuación y en un futuro, ya famosa, representaría mi historia. Y yo me habría librado al fin de la mía (de mi cruz, claro).

–¿Ey, señor, decide qué va a hacer?

La oficina de repente se había convertido en un bullicio total, la cola que se había formado detrás de mí llegaba hasta la puerta. Medio atónito, le saqué a la señorita mi escrito y salí disparado. No podía perder tiempo, debía ir derecho a elaborar mi plan. Corría y corría sin detenerme. Era una tarde de mayo maravillosa, con un sol resplandeciente que en mi carrera me enceguecía, era como una luz poderosa que me indicaba el camino. La luz seguía y seguía, se hacía cada vez más intensa, poderosa.

Vaya poder el de la luz. No vi al maldito auto.

Y aquí estoy, junto a la tía Soledad, aunque ya no solo. Mi herencia fue a la iglesia, más o menos como lo había pensado en mi plan. Y mi nombre... bueno, no habrá quedado grabado en la historia pero que salió en los diarios, salió en los diarios. Después de todo, era una decisión tomada.

©2008 FABIANA FV

23 abril, 2008

La fiesta

(VERSION LIBRE ACERCA DEL NACIMIENTO DE EROS)

Estaba la Carencia recorriendo los rincones de la casa en busca de las sobras de la fiesta que los dioses habían dado en honor a su anfitriona, la Belleza, cuando encontró tumbado en el patio al Recurso, quien descansaba luego de tanta bebida y jolgorio. Ante tal descuidado aspecto, la Carencia creyó que había hallado al fin a un compañero para su pobreza y, sin dudarlo, deseó tener un hijo con él. De esa unión nació Eros, el Amor, que brotó mágicamente de un huevo, en medio de la oscuridad de la noche.


Recorrió Eros el laberinto de la vida con sus encantos agridulces, encarnando el impulso creativo de la naturaleza, la luz responsable de la creación y el orden de todas las cosas del universo.

Un día, Eros conoció al Alma y, sin poder resistirse a su hermosura, la amó profundamente. Concibieron una hija a la que llamaron Placer.

Desde entonces, el Amor y el Alma, quedaron unidos para siempre.

©2008 FABIANA FV