( F INAL CON MORALEJA... R ELAJATE, QUE ESTA LECTURA ES TAN RAPIDA COMO UN RAYO. ) P or fin había llegado ese día tan esperado. Qué bueno poder subirse al auto casi sólo con lo puesto y disparar a la aventura. —¿Adónde vamos? ¡Qué importa, vámonos ya! Realmente daba igual el lugar, no importaban ni el espacio ni el tiempo, la cosa era ir, largarse. Iniciar el camino y que el mismo te llevara, así, a la deriva. Al fin sin planes previos, uf… qué bajón los planes. Toda la vida planificando: que el cole, que la carrera, que el trabajo, que la familia… ¡Ya basta, liberate! Tenés al hombre de tu vida, a ese que muere por vos y que te tiene loquita por sus huesos, ¡disfrutalo!. Pero disfrutalo en libertad, linda. Al menos la libertad de no planificar por una vez en tu vida ni siquiera tu fin de semana con el hombre de tu vida. Así que bañate en esencia de patchouli, prepará los bocaditos de jengibre, subite al auto y después, ya puede arder Troya. —Poné música, dale. Epa, la música....
Comentarios
Un abrazo.
Por lo de pecar... No me hago mucho problema, no está tan mal pecar y lo más probable es que siga pecando. Después de todo, los pecados han sido y son constantes en la creación, ¿o no?
Besos.