29 mayo, 2008

Mystery

Oh drink me up
That I may be
Within your cup
Like a mystery,
Like wine that is still
In ecstasy.

Glimmering still
In ecstasy,
Commingled wines
Of you and me
In one fulfil
The mystery.
*****
Oh bébemePara que pueda estarDentro tu copaComo un misterio,Como el vino que aún estáEn éxtasis.

Resplandeciente aún

En éxtasis,
Una mezcla de vinosDe tú y yoEn uno realizaEl misterio.

D. H. Lawrence, “Mystery” (fragmento)


Dedicado a quienes me regalan cada día el placer de dejarme nadar en sus copas.
Gracias.

Traducción: Fabiana FV (I'm sorry, Sir Lawrence!!) | Arte: Fabiana FV

26 mayo, 2008

Cositas de la vida

(FINAL CON MORALEJA... RELAJATE, QUE ESTA LECTURA ES TAN RAPIDA COMO UN RAYO.)

Por fin había llegado ese día tan esperado. Qué bueno poder subirse al auto casi sólo con lo puesto y disparar a la aventura.

—¿Adónde vamos?
¡Qué importa, vámonos ya! Realmente daba igual el lugar, no importaban ni el espacio ni el tiempo, la cosa era ir, largarse. Iniciar el camino y que el mismo te llevara, así, a la deriva. Al fin sin planes previos, uf… qué bajón los planes. Toda la vida planificando: que el cole, que la carrera, que el trabajo, que la familia… ¡Ya basta, liberate! Tenés al hombre de tu vida, a ese que muere por vos y que te tiene loquita por sus huesos, ¡disfrutalo!. Pero disfrutalo en libertad, linda. Al menos la libertad de no planificar por una vez en tu vida ni siquiera tu fin de semana con el hombre de tu vida. Así que bañate en esencia de patchouli, prepará los bocaditos de jengibre, subite al auto y después, ya puede arder Troya.

—Poné música, dale.
Epa, la música. Me olvidé los CDs… Bueno no jodas, vos tampoco te acordaste ¿o sí?. La radio va a estar bárbaro, relajate. ¡Escuchá que buen tema! Bajá un poco la ventanilla. Uh, qué placer sentir el viento rompiéndote en la cara. Y esa canción… Sonaba increíble: Era “la” canción. Dejame que te saque una foto manejando, te ves divino. Nunca te vi tan así como… no sé… bueno, sí… siempre te veo así pero… Hoy es distinto… te ves así, como… Sí, como tan feliz. Sólo veíamos ruta. Y pampa, tan inmensa. Y cielo. Qué inmenso cielo. ¿Adónde íbamos? Qué importaba, si todo era inmenso. Oscurecía y sólo veíamos ruta. Por fin, la noche. Cuánta felicidad, qué inmensa. Somos felices.

—Quiero hacerte el amor…
—Cuando encontremos donde parar.
—No, aquí, aquí mismo… mmm…
—Esperá… qué hacés… pará… pará… Te dije que ahora no… pará… ¡Pará te dije! Nos estamos quedando sin nafta, no hay ni un maldito parador a la vista y encima... ¿viste allá? ¿Viste o no?

Sí, lo había visto, tremendo rayo ¿Y? El fuego de aquel rayo no podía ser tan inmenso como el mío. Porque todo era inmenso. Mi calor era inmenso. Por primera vez en mi vida quería que me faltaran el respeto, que me arrancaran de golpe del auto arrastrándome de los pelos; sí, entre los pastos filosos, que me embarraran en sudor y que me ensuciaran con vicio, con mucho, mucho vicio, eso quería. ¿Y qué importaba un tonto rayo, si yo me estaba quemando viva? Quería acción, yo nada más quería acción. Y disfrutar.

Se había desatado una tormenta inesperada. El viento comenzó a soplar quien sabe desde donde y porqué, pero estaba endemoniado. La lluvia se había largado con ganas, prácticamente no se veía el camino. Ni un parador. Ni una señal. Ni siquiera el inmenso cielo. La única inmensidad apreciable ahora era la de los rayos explosivos. ¡Rayos y centellas!, aquéllo sí que era furia. Ya no veíamos ruta. ¿Adónde íbamos? La radio había perdido la frecuencia. Los celulares habían perdido su cobertura. Nosotros estábamos perdidos. Totalmente incomunicados. Y el temporal era cada vez más fuerte. ¿Adónde vamos? El aullido del viento atravesaba los cristales, te ensordecía. Ramas que golpeaban en el parabrisas, ¿de dónde vendrían si ni habíamos visto árboles? Y el auto que no se detenía porque él estaba empecinado en continuar la marcha. El viento y las ramas, un horror. Ibamos a salir volando. ¿Si se aproximaba un huracán? Y él empecinado. Un espantoso pánico comenzó a apoderarse de mí y de repente sentí que estaba dejando de sentirme libre, me estaba convirtiendo en su esclava, justo ahora que había decidido liberarme, qué mal...

—Deberíamos detenernos, no se ve nada. ¿Me oíste? Pará, por favor, no se ve ni a un centímetro. Me estoy mareando, creo que voy a vomitar. Esto es tremedo, ¡se viene el mundo abajo! ¡Tengo miedo, por favor!

¡Miedosa!, siempre la misma. ¿Y vos? Siempre el mismo necio y omnipotente, ¿quién te creés, Dios?, ¿te das cuenta que nos vamos a matar? Miedosa cobarde, nunca arriesgaste nada, cagona, qué querés si tuviste todo servidito en bandeja, ¡pendeja caprichosa!, así es fácil querer parar a hacer el amor en medio de la ruta, si igual… que te voy a explicar si no entendés nada, nunca entendiste nada. ¿Y vos, qué?, ¿entendés todo acaso?, al final es lo que siempre pensé, sos un resentido de mierda que no aceptás que me haya ido bien en la vida, porque ese fue siempre tu punto de vista, ¿no?, que se me hayan dado las cosas más o menos ordenadas en la vida significa que yo no hice mérito alguno para merecerlo, ¿no?. ¿Qué estás diciendo, para qué estás conmigo si siempre pensaste que era un fracasado? ¡Dije resentido, no fracasado! ¡Es igual! ¡No es igual y vos me dijiste cobarde cuando el cobarde sos vos que no admitís tus propios miedos, sos tan miedoso como yo, tu miedo te impide parar la marcha porque a Dios no lo detiene nadie, no? ¿Qué decís, te volviste loca? ¡Vos estás loco!!
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Todavía no sé bien como fue: Si frenó él, si fui yo... La ceguera de ambos le ganó a la provocada por la catarata de lluvia. Todavía no sé si fue el auto que dio trompos por la frenada, si nos chupó un tornado o si nos revolcó nuestro caos interior, el puto caos interior. La cosa es que ahí estábamos, la miedosa cobarde y el omnipotente resentido, solos, hundidos en nuestras miserias. Solos y a solas en la tormenta. A solas con el caos interior. Puto caos interior.

Amanecí sin entender demasiado. No había mucho que entender. O nunca había entendido demasiado. Sin rayos, sin centellas, sin viento, sin lluvia; sólo caos y desolación. Y un silencio ensordecedor. A través del parabrisas y de los vestigios del temporal pude divisar una gasolinera, haberlo sabido… ¿Habremos frenado en el momento equivocado? Yo sólo quería un poco de acción. Y disfrutar. Sin planes. Y que todo fuera inmenso. Que todo siguiera siendo inmenso. Pero había que frenar para poder continuar avanzando. ¿Adónde íbamos? Siento frío. Y todo es tan chiquito. ¿Adónde vamos?

Sólo veía ruta. Y su silueta diminuta, dibujada a lo lejos.

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Moraleja: En la vida, siempre es bueno frenar a tiempo.

A vos... ¿Se te ocurre alguna otra moraleja?

©2008 FABIANA FV

25 mayo, 2008

Alta en el cielo

(25 DE MAYO 1810-2008)este cielo veo cada mañana cuando me levanto
aunque esté nublado yo lo veo así, celeste y blanco
es el cielo de mi patria a la que hoy saludo:
¡alta en el cielo, un águila guerrera!
muy feliz día,
patria querida


21 mayo, 2008

Caligrafía (juego)

Me pregunto yo donde habrá quedado mi querida Parker... ¿Y mi caligrafía, se habrá perdido en lontanansia? ¿O en el teclado de mi compu, tal vez?

A Leo probablemente le resultó sugerente la idea de revivir por un momento esa sensación del dejar fluír la tinta sobre el papel y que las letras, más que las palabras, hablen por sí mismas. Probablemente también por eso, propuso unirse a este juego. A seguir las instrucciones, entonces:


1. Tomar una nota escrita de tu puño y letra y hacer una fotografía o escanearla.
2. Hacer un post con ella titulado Caligrafía (juego).

3. Indicar las bases del juego para que puedan participar más blogueros. Y enlazar al post original:
La calavera bajo la piel.


13 mayo, 2008

Puzzle

infancia
.........alegría
descubrimiento........
......juego
ternura.........
amor
.........belleza
lágrimas......
.........recuerdos
felicidad.....
.....caricias
miedos...
......sueños
egoísmo...........
......obsesión
poder....
........abatimiento
melancolía............
.....necesidad
placer
.......celos
deseo
estupidez.........
.....desamparo
soledad...........
.....reencuentro
.......madurez
destino
.

12 mayo, 2008

Renacer

(EXTRACTO DE UN DIARIO DE VIAJE)

Un fructífero riachuelo, alimentado por un manantial límpido,
Envuelve, a su alrededor, ese espacio fértil.
La tierra de Venus, la verdad sea dicha
Lugar efímero de alegría y de encanto:
Para cada doncella y esposa, que allí se engendra,
Es a lo largo y ancho del mundo, inigualada en gracia:
Y Venus desea, que hasta que tañan sus últimas horas,
El Amor caldee sus pechos, jóvenes y viejos.

Ludovico Ariosto, fragmento de “Orlando Furioso”

Imagen: EL NACIMIENTO DE VENUS (1485) Sandro Botticelli- Galería Uffizi Florencia, Italia



* * * * *Renacer en Firenze, ciudad inmaculada. Empapada de arte, de poesía... Imponente. ¡Albergue eterno de tantas musas! Hadas de la belleza, del amor, de la felicidad y también del dolor, el desamor y el desamparo. Hadas al fin. Las mismas que impregnaron de magia y espiritualidad a las principales construcciones de su Casco Antiguo, revistiéndolas con exquisito mármol toscano en un juego perfecto de blancos, verdes y rosados, para simbolizar, a través de estos mismos, a la Fe, la Esperanza y la Caridad, las tres virtudes trascendentales. Las nuestras, las de los hombres, de los seres terrenales. Seres humanos, al fin.

Firenze. Ciudad inmaculada que, por un instante, lograste acelerar el ritmo de mis latidos haciéndome sentir el soplo de los dioses en el cuadro de mi propio renacimiento
.* * * * *



LUDOVICO ARIOSTO (1474-1533) Poeta italiano. Con su figura, el Renacimiento italiano llega a su cenit. Miembro de una familia aristocrática, ya desde joven recibe el apoyo de la casa de Este, una familia de mecenas renacentista en cuya corte permanece de 1503 a 1517. Hombre de mundo y artista refinado, su gran poema es el Orlando furioso, que comienza en 1506 y publica en 1516, aunque la corrección definitiva no la concluye hasta 1532.

Obra maestra del Renacimiento, Orlando furioso se estructura en 46 cantos compuestos en ágiles octavas, y en él Ariosto hace gala de profundo lirismo, de extraordinaria imaginación y habilidad narrativas y de un finísimo sentido del humor. Considerado por muchos críticos como uno de los mejores poemas épicos de todos los tiempos por su vigor y dominio técnico del estilo, el poema influye decisivamente entre los poetas renacentistas.

SANDRO BOTTICELLI
(1445-1510)
Pintor florentino. Su obra se inscribe dentro de la de un grupo de pintores que rehuye el realismo a ultranza y se inclina por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y un cierto sentimentalismo.
Discípulo de Filippo Lippi, en 1470 Botticelli cuenta ya con un taller propio y se introduce en el círculo de los Medici, para los que realiza sus obras más famosas, como La primavera y Palas y el centauro. Representa toda una novedad para la época realizar obras de gran formato que no contengan una temática religiosa. El nacimiento de Venus, ejecutada al temple sobre lienzo, mide 172,5 por 278,5 centímetros y representa una de las obras cumbres del artista. El cuadro muestra la llegada de Venus sobre una concha marina a la playa de una isla, empujada por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores.
Si bien su vida transcurre en Florencia, entre 1481 y 1482 Botticelli viaja a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina en el Vaticano junto a Perugino, Rosselli y Ghirlandaio. En sus obras, desarrolla una representación idealizada del mundo mitológico, expresiva, arcaizante y llena de imaginación, ligada a la filosofía neoplatónica, que le lleva a representar a las divinidades clásicas como la imagen simbólica de alguna profunda verdad moral o metafísica.

07 mayo, 2008

Veme aquí

–—–—
Veme aquí
Sumergida en este océano oscuro
Encadenada a tu sombra
Reflejada en tu recuerdo
Perpetuada en tu carne
Poseída por tu ausencia
Perdida en mi languidez

Ay, alma mía, ¿dónde estás?
Veme aquí. Desintegrada

–—–—

Fabiana FV

Fotografía de la serie "Desintegrando el alma", por EMMA VERA (alias ÁNIMA, un ser esencialmente sensible)